viernes, 1 de mayo de 2009

Ése soy yo (o exhibicionismo barato)


En días recientes alcancé la edad de 26 años. Épocas como ésta me mueven indefectiblemente a la reflexión, -o, al menos, al malviaje y a la pachequez. Me vienen a la mente mil cosas, y no puedo evitar recordar diversos episodios de mi vida, algunos de ellos trascendentes, otros difíciles, unos más tristes, así como muchos alegres y felices, inolvidables. Se supondría que la suma de todos esos momentos hacen lo que soy al día de hoy (qué chinga me acomodaron, la verdad), y también permiten proyectar qué será de mí en algunos años. He visto, pues, la necesidad de hablar el día de hoy de mí en este blog, si bien de lo que he escrito a lo largo de estos meses puede conocérseme aparentemente en una buena medida (el pez por su boca muere). Sin ningún tipo de rigor, ni mucho menos pudor, y al ahí se va, me propongo revelar algunos datos de mi persona-que seguramente a nadie interesan- y/o preocupaciones que me aquejan al día de hoy: quién es Ángel en este momento y cómo ha llegado a ser lo que es, partiendo de lo que ha sido pretéritamente.


Ángel siempre se creyó más inteligente que los demás. No es precisamente alguien brillante ni mucho menos, pero todavía al día de hoy no concibe que alguna persona sea más inteligente que él. Los habrá más cultos, más habilidosos, más agraciados, más simpáticos, más nobles y más divertidos, pero más inteligentes no. No hay personas que, digamos, en su categoría, le superen en inteligencia; es decir, bajo las mismas circunstancias de entorno, preparación y oportunidades, en el rubro de la inteligencia nadie le superaría. Ese ha sido tal vez su mayor delirio en la vida, pues sabe que debe haber personas, pares a él, que lo derroten en este ámbito, pero simplemente no lo acepta, no le entra en la cabeza. Él es el que cabila chido, el non plus ultra del razonamiento. La única superioridad que admite en este rubro es la de personas que no se ubican en circunstancias similares a la suya: científicos famosos, filósofos o grandes escritores. Aún así, el muy pendejo cree, ingenuamente, que en igualdad de circunstancias, podría vencerles.


¿Cuál es la explicación de tal megalomanía? No lo sabe. A lo mejor su corto entendimiento es lo mejor que cree tener, y por eso lo maximiza y distorsiona para cubrir o disfrazar otras falencias que hay en su persona. Con todo, la verdad sea dicha, enarbolando la bandera del pragmatismo y siguiendo los convencionalismos sociales que más le acomodan, busca ser reservado y modesto, hasta humilde. En su actuar consciente se conduce como una persona mesurada y prudente, pero nada más es cosa de que le den cuerda, y le hagan dos que tres cosquillitas, y sale a relucir su verdadero rostro, el del sabelotodo, el del que siempre quiere tener la razón.


Empero, en su descargo hay que decir que siempre que encara una discusión o debate, lo hace con la mejor disposición de que, si recibe el argumento adecuado, pueda cambiarse su opinión. Además, gusta de transmitir el poco conocimiento que pueda tener y trata de no imponerse (si bien en el fondo está seguro del error del interlocutor). Digamos que hasta cierto punto es consciente de su situación y trata de atenuarla, y busca en la medida de lo posible alejarse de ella en tanto es conveniente. Es un impulso involuntario en él, casi un instinto, pero día a día trata de dominarlo y, hay que decirlo también, a estas alturas de su vida ha logrado tenerlo bajo control, si bien de vez en cuando surje y lo vuelve a embriagar hasta la ofuscación.


Ángel es auditivo. En el esquema de la programación neurolingüistica, según el cual las personas perciben el mundo predominantemente en alguna de estas formas: visual, kinestésica y auditiva, este indiviuo sería una persona auditiva. Siendo así, le atrae el lenguaje y lo relacionado con el mismo. Los idiomas le fascinan. Sobra decir que es un melómano y que gusta de la lectura -aunque hace meses no lee un libro. Cualquier ruido puede distraerlo, incluso sacarlo de quicio. Ha llegado a odiar personas tan solo por su todo de voz o su forma de hablar. Odia los doblajes en general, aunque venera y reconoce a las contadas excepciones de buenos doblajes que existen. Ha dejado de ver caricaturas que otrora le encantaban, por el simple hecho del cambio de voz en el doblaje (Los Simpsons, Padre de Familia, American Dad, algunos episodios de South Park). Es muy quisquilloso, entre otras cosas, en eso de las cuestiones sonoras.


Disfruta de una buena cerveza y una buena charla con un amigo. Disfruta mucho más las pedas. Le gusta beber y embriagarse. Sí toma seguido, pero en realidad sólo algunas veces sí se ha puesto realmente como araña pisada. Tal vez el alcohol saca lo mejor de él como persona: lo hace noble, simpático, afable, cooperador, bailador, incluso le da claridad mental para elucubrar las más interesantes reflexiones (mismas que nunca recuerda al día siguiente y que mueren en el anonimato). Se vuelve gallardo y emprendedor. Brioso. Tal vez sus mayores proezas sexuales han ocurrido bajo el influjo del alcohol.


Constantemente se recrimina con dureza por no ser más de lo que es. Se reprocha su falta de disciplina y su desorganización. Sobre todo no se perdona su desidia y esa inexplicable capacidad que tiene de perder el tiempo. Tal vez se exige demasiado, dirán algunos. Él no lo cree así. Él está convencido de que puede lograr más, pero que el mayor obstáculo para hacerlo siempre ha sido él mismo. Estos reproches son aun más recurrentes a estas alturas de su vida, donde ha llegado a un punto de indefinición e incertidumbre en algunos de los aspectos de ésta: ¿Fue esto lo que siempre quiso hacer? ¿El trabajo terminará por devorarle? ¿La enajenación se apoderará de él? ¿Desaparecieron los sueños y aspiraciones de hacer algo realmente significativo en la vida? ¿Llegará el día del colapso, en que lo invada irremediablemente la idea de haber seguido durante su vida el rumbo equivocado? Si a estas alturas sigue sin superar sus más grandes temores y traumas, ¿algún día lo logrará? ¿Terminará siendo un viejo amargado y aburrido? ¿Es, en definitiva, quien creyó que sería cuando tuviera esta edad? ¿Está donde pensó y quiso estar?


Por fin, ¿tendrá algún día los huevos de mandarlo todo al carajo y empezar de nuevo y enderezar su vida?


Ángel es, también, profundamente egoísta. No le importan los demás; o bien, sólo le importan en tanto pueden redundarle en un beneficio. No es así porque quiera ser culero, simplemente es su inclinación natural. Le cuesta mucho trabajo mostrar empatía, pero realmente lo intenta. También, como en el caso de su delirio de grandeza, lucha constantemente por tratar de preocuparse por los demás, especialmente por las personas cercanas a él. Este tendencia la lleva a la práctica con mayor efectividad en su desempeño profesional como abogado, pero ello se debe a que la misma profesión se lo exige. Y qué bien, pues en ese aspecto le ha ayudado a ser mejor. Ángel siente una gran gratitud hacia la abogacía porque le ha permitido desarrollar habilidades que naturalmente no se le dan.


Ángel tiene aún la capacidad de ser conmovido por ciertas canciones. No dirá cuáles. Alguna de ellas seguramente lo hará romper en llanto, y por ello la evita a toda costa. Esas melodías, las que realmente le llegan, tienen que ver con ciertos momentos de su vida, y sobre todo con su familia y consigo mismo. Muy probablemente, en algunos años, pasará horas encerrado, solo y ebrio, torturándose con el sonido desgarrador de estas canciones, recordando la vida que se le fue de las manos. No quiere pensar en ello, pero no lo descarta como una posibilidad factible.


Le gusta reír y hacer reír. Y más que reír, burlarse: disfruta enormemente la burla malvada y culera, el sarcasmo y la ironía. Eso siempre lo ha caracterizado y le ha hecho ganar tanto simpatizantes como detractores. No le importa. Él goza, y al parecer fue la única forma de humor que se le ha dado. Admira a los que son simpáticos de manera natural y no tienen que andar escarnizando al prójimo de la manera más ruin posible. Busca, incluso, aprehender de ellos, en esa prudente tendencia que ha seguido de unos años para acá de apartarse, en la medida de lo conveniente, de sus más primarios impulsos.


Disfruta. También disfruta de la vida y sus mieles. Ha conocido los placeres mundanos que nos son ofrecidos día a día y ello lo hace con el mayor desenfado. Algunas etapas de su vida han recibido algún sentido debido a esta inclinación desmedida por lo placentero. Ésta, en particular, no es la excepción, y en ella parece que Ángel se ha abandonado a los más caprichosos designios de su ramplón hedonismo. Qué bueno que lo haga. Que disfrute ahora que puede antes de que la vida le pase factura y que se dé cuenta del precio que habrá de pagar. No le importa. Al final, sin un dios en quién creer, sin una vida en el más allá en la cual estar esperanzado, lo peor que puede hacer en este mundo es tener contemplaciones de ningún tipo y, mucho menos, mucho menos, privarse de los dulces placeres (los más dulces son los prohibidos) que brinda la vida.


Y finalmente vive. A pesar de todo vive y quiere mirar adelante. Pese a días como éste, en que todo se vuelve una confusión, se rehace y vuelve a encarar la vida con cinismo, convencido de que sea ésta tal vez la única manera posible de hacerlo.

Otras veces, la mayoría, no vive; sólo mata el tiempo.

9 comentarios:

Isabel dijo...

entendí todo cuando dijiste a qué te dedicabas jajajajaja

gracias por los comentarios en mi blog!


saludos, colega!

SARAY dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
SARAY dijo...

POR FIN!!!!!!!!! milagro, x fin aceptaste ke eres un pedante, jajaja, gracias Dios x este milagro, no kería morir sin ke Ángel x fin hiciera públiko el esho de ke es un odioso, jajaja, ojalá y algún día te konectes al msn ebrio para poder konocer a ese Ángel kon el kual aún no he tenido la oportunidad de sharlar, ya ke a lo ke leí, el alkohol saka tu lado humano, jajajajajajaja, de vdd ke me gustó tu blog; cerka del 3er párrafo una lágrima de deslizó por mi mejilla, me konmivió demasiado Ángel, de vdd, pero a la vez me sentí komo panista en tiempos de kampaÑa (tengo miedo!!!!!!!!!), x ke digo, ok si aceptaste ke eres un hígado, pero aún así parece ke te sientes orgulloso, lo konsideras una virtud más ke un defecto :/, es ahí donde siento pániko, jajajaja

UG dijo...

te faltó concluir. Angel es un pendejo aunque se crea un gran pensador! jaja. Que pobre, que barato... que "elocuente" Si tu supieras, su tuvieras una idea de lo que es un pensador, un genio, un maestro del lenguaje probablemente te dejarías de pendejas autoinyecciones de ego. Siempre he dicho que cualquiera que se atreva a expresar con letras merece todo mi respeto, pero te juro que leerte me hace poneer en entredicho mi añeja convicción.

Un saludo

kii dijo...

hey que chido que pongas lo que eres, si yo lo hiciera seria algoi muy corto 3 palabras; neurotica, mamona, odiosa.

gracias por comentar en mi "blog" no es nada muy aca pero se hace lo que se puede jaja cuidate!!

Vanessa C. dijo...

Tienes Iphone??

Tienes casi 26?


Igual que yo *clap, clap*

El Ángel Caído dijo...

Isabelita: Así es, nuestra profesión nos marca.

Saray: Justamente el comentario que esperaba de ti. Me hiciste reír.

UG: Sigo sin saber qué haces leyendo mi blog.

Mafer: Al buen entendedor, pocas palabras. Aunque no creo que sea verdad lo que dices.

Rosadita: Es éste un mundo pequeño.

Anónimo dijo...

Como estás feo cabrón!!!!

Estás más culero que una patada el los merititos webos!!

El Ángel Caído dijo...

Jajaja. O como dicen, más feo que golpear a un anciano.