lunes, 10 de agosto de 2009

Parece que fue ayer...

Sí, parece que fue ayer. Hoy hace un año desde que un domingo cualquiera, en el que me encontraba pendejeando en internet, decidí crear mi propio blog a partir de la relativa facilidad que esto suponía bajo el perfil Blogger, e inspirado por un par de ellos que comenzaba a leer, el de Hugo García Michel, intitulado El Rojo y el Negro, y otro que se llama La Tormenta Negra. En ambos casos, el descubrimiento de esos blogs se debió a razones azarosas, puesto que buscando otro tipo de información, no recuerdo cuál, en el Google, fui remitido a esas direcciones. Aunado a eso, la inquietud -que más de alguno ha llamado pretención- de escribir ya tenía tiempo rondándome, y para últimas fechas el proyecto de formar un blog colectivo sobre humanidades con un par de amigos (lo que postreramente se concretó en El Canto del Zenzontle), fue lo que finalmente me decidió a crear este medio de expresión, que desde entonces se ha convertido el mejor pretexto para decir pendejadas.

A ciencia cierta, no sabía en realidad qué pretendía con el blog más allá del solaz lingüístico y el ejercicio onanista; es más, a la fecha parece que esa situación persiste, pues sigue habiendo incertidumbre acerca de los rumos que estará tomando esta página. Pero no veo tal circunstancia como algo negativo, sino todo lo contrario: incluso, al no saber qué es lo próximo, yo mismo me llego a sorprender, y ello mantiene al blog como algo aún interesante, al menos para mí. También me ha servido, sin ser ese su propósito inicial, para conocerme un poco mejor a mí mismo. Parecerá un lugar común, pero lo cierto es que mucho de lo que escribo revela algunos rasgos de mi personalidad, unos buenos, otros no tanto. Esto lo confirmo post a post cuando en cada ocasión identifico algo muy mío y que no puedo ocultar en cada texto.

A la par de lo anterior, a través del blog he conocido muchos otros, unos muy chidos, otros regulares y algunos muy puñetos. Hasta no adentrarme en esto del mundo Blogger, me di cuenta de que había muchísimos de estos espacios. Me he vuelto lector asíduo de varios de ellos, y a continuación esbozo una lista de los mismos, sin ningún orden de importancia:







- El Rojo y el Negro

- La Tormenta Negra


- Vivencias algo Rosas... (hoy extinto)






Entre otros. Pasando a otra cosa, hay algo que ha ocurrido a lo largo de este año, y es que me he quedado sin escribir muchos post, ya sea por falta de tiempo o porque finalmente la inspiración o la inquietud ya se me fueron. Así, nunca escribí sobre el toquín de Riders in the Storm en Aguascalientes; sobre el fantoche grupo de blues Aguascalentense Doberman Blues, sobre el último disco de Sigur Rós, mis vivencias infantiles y pubertas, la Selección Mexicana, la película Luz Silenciosa, Armando Vega-Gil, mis teorías pachecas sobre la música, Robert Greene, el Tomás, mi ciudad natal, mi equipo de futbol, más pedas, la boda del carnal del Bisbal, los quince años, la boda de Carla y un extendido etcétera. Algunos de esos temas ya no los abordaré por razones de pertinencia; los demás, no lo sé, siguen abiertos, pero sujetos a ser incluídos en este blog cuando inspiración así me lo indique.

¿Mi peor post en este año? Muy probablemente éste. En general, todos me han gustado porque todos hablan de mí, cada uno desde una perspectiva diferente. ¿Mis favoritos? Mmm... el de Ése soy yo (o exhibicionismo barato), El soundtrack de mi vida, Motorockr Fest 2008, y, por su puesto, Chilango ¿incomprendido? El más tortuoso de todos fue obviamente el que escribí acerca del concierto de Radiohead en México; tardé días en redactarlo y fue un desmadre acomodar el texto y tantas imágenes, además de tanto improperio. Por si fuera poco, se malinterpretó y se le dio más importancia de la necesaria, y desató una gran polémica (bastante pueril, por cierto) sobre "la intolerancia", la que se tradujo en una campaña de censura y señalamiento santurrón y políticamente correcto, totalmente contrario a la consigna de tolerancia que enarbolaban sus artífices. En fin, hubo de todo.

¿Qué me ha dado este blog? Creo que solamente la posibilidad de expresarme de manera escrita, además de brindarme cierto desahogo. La mayoría de las veces me produce un gran placer escribir. Mientras el blog me siga proveyendo de esos satisfactores, seguramente seguirá vivo. Empero, aunque creo que la necesidad de escribir y en general de expresar mis ideas y emociones siempre estará ahí, llegará el día en que llegue a su fin y que sólo sirva de testimonio de las vivencias y ocurrencias que tuve durante el tiempo que abarcó su vida. ¿Que cuándo será eso? Espero que no sea pronto, aunque uno nunca sabe.

A un año del blog, con todo, el balance es positivo. Veremos qué me depara el segundo año de este espacio. Por lo pronto, cierro este primer año con este post un tanto forzado por la ocasión. Hasta el momento, el lector no me dejará mentir, lo he sentido un tanto rígido, tal vez porque lo he escrito sin espontaneidad alguna, y más por compromiso, aunque éste sea conmigo mismo. Ya no sé qué mas agregar, así que aquí termino este texto. Chale, no pensé acabar así de mal el año.

3 comentarios:

Vanessa C. dijo...

Lo congratulo con honores que Blogger todavía no tiene, pero debería.

Ya pasó un año... ¡Wow! Mi blog también fuera a su primer natalicio, sniff, pero lo cerré por fuerzas mayores... nos seguimos leyendo, es un gusto que me visites, prometo leerte, y es que me gusta como lo haces ;)

Saludos inmensos.

Yoshiro Luna dijo...

Hola, ¿qué tal, Ángel? Te agradezco infinitamente la mención de mi blog en tu post; pero créeme, el tuyo es infinitamente superior.

Inicar un blog es una aventura épica en muchos aspectos, pero al final vale la pena.

Un saludo afectuoso.

El Ángel Caído dijo...

Chavos, gracias por sus comentarios. Nos estamos leyendo.